Principios básicos del entrenamiento de destrezas (II). (2)

     Otro ejemplo sería activarles con juegos en que deban buscarse, asociarse y comunicarse antes de trabajar los apoyos; o, si van a ejercitar la toma de decisiones, vendría muy bien activarles con algún juego que les predisponga mentalmente a ello.
     El tema de la activación hay que tratarlo en profundidad en otra entrada, porque es absolutamente crucial. Tod@s estamos hart@s de oír(nos) hablar sobre la “actitud” en el campo. Me parece un gran engaño. Presuponer que ls jugadors van a poner la actitud necesaria por sí mism@s es renunciar a nuestra responsabilidad de activarles, o simplemente reconocer nuestra incapacidad para hacerlo.
     La activación incluye el "calentamiento" mental, mediante diversas herramientas (comunicación, rituales, etc.) para enfocarles a la tarea, y la adaptación psicomotriz, que son incluso más importantes que el calentamiento propiamente físico.
     Para sus partidos cada equipo debería tener una activación "customizada" en función de sus necesidades concretas, incluso aunque cambie cada semana según los requisitos/objetivos de la jornada (si bien es bueno tener una base estable, entre otros motivos, porque una rutina también ayuda a la activación). No me parece coherente tener una rutina estandarizada, a menudo copiada de otro sitio, y después quejarse de la falta de "actitud" o de pobres destrezas.
     Saber deconstruirlas facilita adaptar la activación de ls muchach@s para solventar (o, al menos, mitigar) esas carencias. A menudo no placan porque están demasiado alejads del rival y así es casi imposible que consigan pararlo solo con la dichosa “actitud”. Lo que hay que conseguir es que estén más cerca, que lean el juego y se anticipen, o que estén preparads para encuadrarle cuando venga desde lejos. Y todo ello puede potenciarse mediante la activación, siempre que sepamos orientarla, pero entendiendo que difícilmente conseguirán hacer en un partido lo que no haya sido entrenado previamente.

     Así pues, salvo con individuos altamente motivados, la "actitud" no depende de ls jugadors, sino de la activación que les proporcionan sus preparadors y de las herramientas que les procuran para su auto-activación. Y observando los resultados que arroja, a menudo pienso que dominar este aspecto es el skill más importante del que podemos disponer quienes dirigimos algún equipo.
     Curiosamente, en la plataforma de formación online de la FER solían exhibir este lema: “No existen jugadores naturalmente motivados; existen individuos dirigidos por entrenadores apasionados”. Creo que plasma una filosofía bastante acorde con lo que acabo de explicar. Sin embargo, debido al arraigo del discurso tradicional (y, por qué no decirlo, a cierta pereza y/o falta de autocrítica), es posible que no todo el mundo esté de acuerdo.



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